lunes, 5 de noviembre de 2012





Bosquejo
1.  Los juicios de los siete sellos (6:1-17)
1.1 Origen de la gran tribulación
1.2 Relación con la septuagésima semana de Daniel 9:27
1.3 El propósito de la gran tribulación
2.   La apertura de los seis primeros sellos (6:1-17)
2.1 Primer sello: el jinete del caballo blanco    (6:1-2)
2.2 Segundo sello: el jinete del caballo bermejo (6:3-4)
2.3 Tercer sello: el jinete del caballo negro     (6:5-6)
2.4 Cuarto sello: el jinete del caballo amarillo (6:7-8)                       
2.5 Quinto sello: visión de los mártires de la tribulación (6:9-11)
2.6 Sexto sello: convulsiones catastróficas y juicio de Dios sobre la tierra (6:12-17)
3.  Resumen y conclusión


Origen de la gran tribulación

Aquí tenemos la revelación de antemano de lo que constituye una de la más grande profecía para el tiempo del fin. Este dramático capítulo nos introduce en el gran acontecimiento escatológico al revelarnos la consumación total del plan Dios.

          En estas escenas, Dios el todo poderoso se propone a establecer su soberanía sobre la tierra. Esa soberanía ha sido desafiada por los hombres, pero será inaugurada de manera total y definitiva cuando el señor Jesucristo regrese a la tierra con poder y gloria. Según el mismo Señor profetizo en Mateo 24:21-29, su segunda venida será precedida por un período de gran tribulación. Dicha tribulación será un período de juicios sin precedentes en la historia humana con lo que dará comienzo lo que tanto el antiguo como el Nuevo Testamento designa como «el día de Jehová».

            El señor Jesucristo asocio los acontecimientos relacionado con su segunda venida con las profecías de Daniel (véase Mt.24:15; cp. Dn. 9:27; 11:31; 12; 11). En Daniel 9:24, Dios reveló al profeta que: «Setenta semana están determinada sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer justicia perdurable, sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos”. Las setenta semanas mencionadas en el texto han tenido un cumplimiento parcial; es decir, la semana 69 se agotó cuando fue restaurado el muro y la plaza en tiempo crítico y angustioso en Jerusalén, y pasada la semana 69 se le quito la vida al mesías príncipe, acontecimiento que marcó un cumplimiento profético en la cruz del Gólgota donde tuvo lugar la muerte del Señor Jesús, (Véase- Dn. 9: 25-26). La semana que aún falta por cumplirse según (Dn. 9:27) tiene que ver con la confirmación de un pacto y luego a la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio restante, tendrá lugar un período de gran tribulación escatológica que ha de iniciarse con la persecución de la iglesia a mano del anti-Cristo por instigación de Satanás y ha de finalizar con «el día de Jehová»

           El cumplimiento de la septuagésima semana de Daniel 9:27 guarda una relación especial con la nación de Israel por ser la culminación de las setenta semanas que deben agotarse en su totalidad para que se cumplan en Israel los seis propósitos de Dios que se mencionan en Daniel 9:24. Durante esos tres años y medio de tribulación, la nación de Israel y su descendencia sufrirá las persecuciones del Anticristo. El profeta Jeremía lo describe así: « ¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado» (Jer. 30:7). La gran tribulación será tiempo de juicio sin precedente para la nación de Israel (Dn. 12:2) pero en ese tiempo Dios salvará al remanente de Israel.

           Las escrituras enseñan que la Iglesia verdadera, el conjunto de todos los fieles que han puesto su fe en Jesucristo, será librada de la hora misma de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero. (Ap.3:10; 14:9-20; 1Ts.1:10; 5:9). Se refiere con toda certeza a los catastróficos juicios de Dios cuando Él derrame su ira sobre la humanidad.

Mientras que la gran tribulación se relaciona por un lado con la persecución de la iglesia a mano del Anticristo por instigación de Satanás (Ap.6:9-11); esta tiene que ver con los juicios de Dios derramado sobre la tierra. Las naciones gentiles por su parte, sufrirá el derramamiento de la ira de Dios (Ap. 3:10; 6:12-17; 15:17; 16:1; 14:9-10; 19:15;Zac. 14:3). La gran tribulación vinculada con los juicios de Dios, tendrá un alcance universal, y va dirigida contra la humanidad rebelde que ha despreciado la gracia de Dios y la oferta de salvación por la fe en Cristo Jesús que ofrece perdón y vida eterna para el alma.

 El libro de Apocalipsis describe a partir del capítulo 6 hasta el 19 tanto el alcance global como las devastaciones producida por los juicios de Dios sin precedente de la gran tribulación. Lo difícil de entender es que la humanidad se niega arrepentirse, a pesar de la severidad de los juicios y, por el contrario, continua su funesto desafío contra la autoridad de Dios.

Propósito de la Gran Tribulación

Es de vital importancia observar y no perder de vista el propósito de la gran tribulación. La Biblia enseña que la gran tribulación guarda una relación directa con el propósito de Dios de establecer su soberanía y su reino dentro del tiempo y de la historia entre los hombres. La humanidad ha mantenido un estado de rebeldía contra Dios a través de la historia. La intervención de Dios en la historia para establecer su reino es designado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento «El día de Jehová» en su aspecto escatológico. El día de Jehová escatológico comienza con el derramamiento de la ira del Soberano que afectara al mundo entero y que tiene como fin «probar a los que moran sobre la tierra» (Ap. 3:10) y ejecutar la consumación de este siglo; es decir, y de la historia tal como es conocida por los hombres (Mt.24:3-29). La gran tribulación también tiene el propósito de preparar a la Iglesia para la venida del Mesías. (M. 24:29-31,46).

    Resumiendo la gran tribulación será un período de tiempo sin precedente en la historia de los hombres, la humanidad gentil estará bajo el juicio de Dios. El cordero derramara su ira sobre ellos y los vencerá. (Ap. 6: 15-17).