Bosquejo
1. Los
juicios de los siete sellos (6:1-17)
1.1
Origen de la gran tribulación
1.2
Relación con la septuagésima semana de Daniel 9:27
1.3
El propósito de la gran tribulación
2. La apertura de los seis primeros sellos
(6:1-17)
2.1
Primer sello: el jinete del caballo blanco
(6:1-2)
2.2
Segundo sello: el jinete del caballo bermejo (6:3-4)
2.3
Tercer sello: el jinete del caballo negro
(6:5-6)
2.4 Cuarto sello: el jinete del caballo amarillo (6:7-8)
2.5
Quinto sello: visión de los mártires de la tribulación (6:9-11)
2.6
Sexto sello: convulsiones catastróficas y juicio de Dios sobre la tierra
(6:12-17)
3. Resumen
y conclusión
Origen de la gran tribulación
Aquí tenemos la revelación de antemano de lo
que constituye una de la más grande profecía para el tiempo del fin. Este dramático
capítulo nos introduce en el gran acontecimiento escatológico al revelarnos la
consumación total del plan Dios.
En
estas escenas, Dios el todo poderoso se propone a establecer su soberanía sobre
la tierra. Esa soberanía ha sido desafiada por los hombres, pero será
inaugurada de manera total y definitiva cuando el señor Jesucristo regrese a la
tierra con poder y gloria. Según el mismo Señor profetizo en Mateo 24:21-29, su
segunda venida será precedida por un período de gran tribulación. Dicha tribulación será un período de juicios sin
precedentes en la historia humana con lo que dará comienzo lo que tanto el
antiguo como el Nuevo Testamento designa como «el día de Jehová».
El señor Jesucristo asocio los
acontecimientos relacionado con su segunda venida con las profecías de Daniel
(véase Mt.24:15; cp. Dn. 9:27; 11:31; 12; 11). En Daniel 9:24, Dios reveló al
profeta que: «Setenta semana están determinada sobre tu pueblo y sobre tu santa
ciudad, para terminar la prevaricación, poner fin al pecado, expiar la
iniquidad, traer justicia perdurable, sellar la visión y la profecía, y ungir
al Santo de los santos”. Las setenta semanas mencionadas en el texto han tenido
un cumplimiento parcial; es decir, la semana 69 se agotó cuando fue restaurado el
muro y la plaza en tiempo crítico y angustioso en Jerusalén, y pasada la semana
69 se le quito la vida al mesías príncipe, acontecimiento que marcó un cumplimiento
profético en la cruz del Gólgota donde tuvo lugar la muerte del Señor Jesús, (Véase-
Dn. 9: 25-26). La semana que aún falta por cumplirse según (Dn. 9:27) tiene que
ver con la confirmación de un pacto y luego a la mitad de la semana, es decir,
a los tres años y medio restante, tendrá lugar un período de gran tribulación
escatológica que ha de iniciarse con la persecución de la iglesia a mano del
anti-Cristo por instigación de Satanás y ha de finalizar con «el día de Jehová»
El cumplimiento de la septuagésima semana de
Daniel 9:27 guarda una relación especial con la nación de Israel por ser la
culminación de las setenta semanas que deben agotarse en su totalidad para que
se cumplan en Israel los seis propósitos de Dios que se mencionan en Daniel
9:24. Durante esos tres años y medio de tribulación, la nación de Israel y su
descendencia sufrirá las persecuciones del Anticristo. El profeta Jeremía lo
describe así: « ¡Ah, cuán grande es aquel
día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero
de ella será librado» (Jer. 30:7). La gran tribulación será tiempo de
juicio sin precedente para la nación de Israel (Dn. 12:2) pero en ese tiempo
Dios salvará al remanente de Israel.
Las escrituras enseñan que la Iglesia
verdadera, el conjunto de todos los fieles que han puesto su fe en Jesucristo,
será librada de la hora misma de la prueba que ha de venir sobre el mundo
entero. (Ap.3:10; 14:9-20; 1Ts.1:10; 5:9). Se refiere con toda certeza a los
catastróficos juicios de Dios cuando Él derrame su ira sobre la humanidad.
Mientras que la gran tribulación se relaciona
por un lado con la persecución de la iglesia a mano del Anticristo por
instigación de Satanás (Ap.6:9-11); esta tiene que ver con los juicios de Dios
derramado sobre la tierra. Las naciones gentiles por su parte, sufrirá el
derramamiento de la ira de Dios (Ap. 3:10; 6:12-17; 15:17; 16:1; 14:9-10; 19:15;Zac.
14:3). La gran tribulación vinculada con los juicios de Dios, tendrá un alcance
universal, y va dirigida contra la humanidad rebelde que ha despreciado la
gracia de Dios y la oferta de salvación por la fe en Cristo Jesús que ofrece
perdón y vida eterna para el alma.
El
libro de Apocalipsis describe a partir del capítulo 6 hasta el 19 tanto el
alcance global como las devastaciones producida por los juicios de Dios sin
precedente de la gran tribulación. Lo difícil de entender es que la humanidad
se niega arrepentirse, a pesar de la severidad de los juicios y, por el
contrario, continua su funesto desafío contra la autoridad de Dios.
Propósito de la Gran Tribulación
Es de vital importancia observar y no perder
de vista el propósito de la gran tribulación. La Biblia enseña que la gran
tribulación guarda una relación directa con el propósito de Dios de establecer
su soberanía y su reino dentro del tiempo y de la historia entre los hombres.
La humanidad ha mantenido un estado de rebeldía contra Dios a través de la
historia. La intervención de Dios en la historia para establecer su reino es
designado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento «El día de Jehová» en su aspecto escatológico. El día de
Jehová escatológico comienza con el derramamiento de la ira del Soberano que
afectara al mundo entero y que tiene como fin «probar a los que moran sobre la
tierra» (Ap. 3:10) y ejecutar la consumación de este siglo; es decir, y de la
historia tal como es conocida por los hombres (Mt.24:3-29). La gran tribulación
también tiene el propósito de preparar a la Iglesia para la venida del Mesías.
(M. 24:29-31,46).
Resumiendo la gran tribulación será un
período de tiempo sin precedente en la historia de los hombres, la humanidad
gentil estará bajo el juicio de Dios. El cordero derramara su ira sobre ellos y
los vencerá. (Ap. 6: 15-17).
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