sábado, 20 de abril de 2013

Los espíritus encarcelados


Los “espíritus encarcelados”

Los términos “espíritus” y “encarcelados”. Deben ser analizados con el objetivo de identificar a estos “espíritus” y el sentido de estar “encarcelados” según (1P.3:19,20).

  1. Espíritus del (gr. pneúmasin) de la cual se deriva la palabra pneuma (pneu`ma,) denota en primer lugar  viento (relacionado con pneo, aliento, soplo vida, respirar). «Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,  y sopló en su nariz aliento de vida,  y fue el hombre un ser viviente.» (Gén. 2:7), además de su significado usual (aliento o vida), este sustantivo hace referencia tanto  a los  (espíritus buenos y  malos) y en su  género gramatical designa tanto al Espíritu de Dios o Espíritu  Santo, espíritu del hombre y el espíritu del Maligno (Véase- Gén.1:2; 25:17; Ex.31:3 heb.1:7; 3:7; Luc.7:21). La palabra  pneuma  es usada  para designar a todos ser vivientes, esto incluye también, a los animales que tienen  el  espíritu de vida. «Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices,  todo lo que había en la tierra,  murió. Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra,  desde el hombre hasta la bestia,  los reptiles,  y las aves del cielo;  y fueron raídos de la tierra,  y quedó solamente Noé,  y los que con él estaban en el arca.» (Gén. 6:17; 7:15, 22-23).  Pedro en el contexto de (3:18-20) en su primera carta no está refiriéndose a otras personas que no fueran, aquellos espíritus que antes del diluvio desobedecieron a Dios. Seres con vida «en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, los que en otro tiempo desobedecieron,  cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé,  mientras se preparaba el arca,  en la cual pocas personas,  es decir,  ocho,  fueron salvadas por agua.»  (1 Pe 3:19,20).
  1. “Encarcelados” esta vocablo del que hace uso el Apóstol Pedro para referirse a Cárcel, viene del (gr. philaké).  Este sustantivo aparece 19 veces en el NT: y tiene dos connotaciones: “cárcel” y “prisión”. y se traduce en calabozo; tanto, puede referirse a cárcel literal y en uso figurado puede referirse a la esfera del mundo espiritual. (Véase. Mat. 14:3; 25:36,39; Mr.6:17, 28; Lc.3:20; Hech.12:4; 1 P. 3:19; Is. 42:7; 49:9; 61:1). Otra palabra utilizada para definir prisión o abismo es la palabra: (heb. Tejóm) y define a un lugar profundo debajo de la masa de agua del océano. Recordemos que al principio de la creación las aguas cubrían la faz del abismo; por tanto, esa prisión llamada abismo se encuentra en el fondo del mar. (Gén. 1:2). La palabra <Abismo> del (gr. Abyssos) literalmente significa (profundidad grande y peligrosa) <sin fondo> abismo es el lugar escogido soberanamente por Dios para encerrar a Satanás y los demonios (véase. Lc. 8:31; Ap.20:1).  Algunos le llaman a este lugar el Tártaro, que es un lugar más abajo del hades. Lo ven como sinónimo de infierno y abismo por su uso relacionado en la segunda carta de Pedro «Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron,  sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad,  para ser reservados al juicio;» (2 Pe.2:4), aquí  se menciona las “prisiones  de oscuridad”. 
No hay duda que los ángeles que pecaron se hallan en un lugar llamado “Tártaro” en cadenas, Están en prisiones de oscuridad reservados para juicio final. (Véase también Judas 6). No obstante, en 1 Pedro 3: 18-20  el Apóstol usa la misma figura: para hablar de los espíritus encarcelados específicamente aquellos que estaban bajo la influencia del pecado de desobedientes mientras Noé preparaba el arca. No se trata aquí  de una cautividad física consignada al hade donde el cuerpo físico puede ver corrupción «Porque no dejarás mi alma en el Seol [sepulcro], ni permitirás que tu santo vea corrupción»  (Sal.16:10; Hech.2:27,31); sino más bien espiritual; es decir, cautivos del pecado. No es nada extraño desde la perspectiva antiguo testamentario que los espíritus sujetados por el pecado pueden ser considerados como "espíritus encarcelados" prisionero, cautivo de sus pecados. (Véase. Is.61:1; Luc. 4:18; Rom.7; 23). El hombre puede estar muerto aun cuando siga respirando. (Ef.2:1).   «Pero veo otra ley en mis miembros,  que se rebela contra la ley de mi mente,  y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.» (Ro.7:23). Una persona no es libre cuando desatas las cadenas de sus manos o cuando sale de una prisión, comienza hacerlo cuando se emancipa de sus pecados. El único sentido que una persona puede ser verdaderamente libre es el contexto de Juan 8:32, «y conoceréis la verdad,  y la verdad os hará libres.»  (Mar.5:1-19)

©  Por Luis Rodríguez. Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.





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