sábado, 20 de abril de 2013

Los hijos de Dios


Hombres o Ángeles: Estudio Sobre Génesis 6

    Génesis 6:
1Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.
5Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.6Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. 7Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho. 8Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

La frase “hijos de Dios”, y la frase “hijas de los hombres”, han causado mucha discusión en nuestros días. Indudablemente este es un pasaje que ha llevado a especulaciones  con respecto a quienes son los hijos de los hombres y los hijos de Dios. Muchos afirman que los hijos de Dios eran ángeles. (Ver Job 1.6; 2.1; 38.7; Sal 29.1; 89.7); ¿Pero  en realidad esto es  lo que dice la biblia?

¿Quiénes son los hijos de Dios?
Cuando nosotros nos acercamos a Génesis 6 debemos hacerlo a la luz de la declaración que encontramos en Génesis 3:15: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”.  Dios se está dirigiendo a la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, y decreta que a partir de ese momento existirá por siempre una enemistad, una separación y una guerra entre él y su simiente. 

Esa enemistad, separación y guerra comienzan a manifestarse de inmediato en los dos primeros hijos de Adán y Eva: Caín y Abel.   Del mismo relato de Génesis tres, es claro que Caín representa a la simiente de la serpiente, pues sus actos homicidio contra su hermano así lo revela. (Gen.4). La revelación del Nuevo Testamento, nos dice que “Caín era del maligno” (1Jn. 3:12). En Gn. 3:17-24 se describe la descendencia de Caín, en la cual se destaca a Lamec, quien llega a superar a su antecesor en su carácter violento y asesino que quedó registrado en el cántico de Lamec. Sin embargo la simiente santa no se extinguió con Abel, sino que Dios levantó a Set (Gn. 4:25), a quien le nació un hijo, Enós, que marcó un una diferencia en su generación: “Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová” (Gn. 4:26).

Podemos ver como Dios hizo una separación estableciendo dos linajes diferentes, una, son fieles a Dios y la otra hace lo malo delante de su creador (Gen.4:1). Aquí se está hablando de dos simientes, hijos de Dios e hijos de los hombres «Mirad cuál amor nos ha dado el Padre,  para que seamos llamados hijos de Dios;  por esto el mundo no nos conoce,  porque no le conoció a él» (1Jn 3:1).  De Set se dice que fue un hijo engendrado a imagen y semejanza. (Comp. Gén. 5:3; 1:26). El pasaje de Lucas (3:38)  Nos confirma esto al leer que Adán es hijo de Dios.

6:1-2  A la luz de lo ya ante expuesto  vemos  que los “los hijos de Dios”  estos son los profesaban el nombre del Dios verdadero que luego tomaron por esposas a “las hijas de los hombres” es decir, (profanas, pecadoras sin temor a Dios). La santidad de Set no se guardo a sí misma, sino que se mezclaron con la descendencia anatema de Caín. «Tomaron para sí mujeres y escogieron entre todas»

6:3- Hay dos freces clave en este versículo «no contenderá» y la otra es porque no es más que un simple mortal ciertamente el es  «carne» es decir, falible, incurablemente corrompido. Dios está disgustado por causa  del hombre  por sus relaciones con mujeres extrajeras las cuales probablemente adoraban otros dioses (Núm. 25). 

En todo momento el pasaje hace referencia al hombre no ángeles.   « Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años por seis veces el pasajes habla de hombres para referirse tanto a “hijos de Dios”, como a las “hijas de los hombres”. Basta con saber que todo aquel que creen su nombre y hace su voluntad, Dios le da el derecho y la potestad de ser hijos de Dios (Véase. Jn.1:12; Mat.5:9; Ro.8, 14-16; Ga.3:26; 1Jn.3:1).  El versículo parece anunciar que el periodo de gracia entre la proclamación del juicio de Dios y la ejecución serian de cientos veintes años. (Véase. 1P. 3:20). Podría significar para muchos también, a que el periodo de tiempo en la vida del hombre se limitaría de aquí en adelante a 120 años; no obstante, choca con la misma escritura (véase. Núm. 11:10-26). Hay una prorroga, un lapso de tiempo para  arrepentirse de sus malos caminos.


6:4- Gigantes   personas de gran estaturas y fuerza (véase. Núm.13:31-33). La palabra  hebrea Nefilim significa (los caídos) , antes los hombres eran héroes de la antigüedad, hombre de renombre, pero antes Dios eran pecadores, (los caídos)  listo para recibir el juicios de Dios      

Debo agregar Mateo 22: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.".Este pasaje alude el tipo de relación que se tendrá en el cielo, diciendo que no se casaran ni se darán en casamiento y usa como referencia el tipo de relación que tienen los ángeles. (Mr.12:25)

Aunque el relato bíblico contiene aspectos oscuros, su intención es afirmar una vez más la incontenible expansión del pecado y la corrupción creciente del género humano. 


©  POR Luis  Rodriguez. Débil es la razón sino se llega a comprender que hay un Dios que la sobrepasa.  . Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia en virtud de proclamar el Señorío de Cristo nuestro Dios.





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